Poder contra periodismo en la autobiografía del ex director de El Mundo, David Jiménez

Poder contra periodismo en la autobiografía del ex director de El Mundo, David Jiménez

¿Cuándo había empezado a joderse el periodismo? Seguramente el día que los gestores empezaron a hacer de periodistas y los periodistas de gestores.

No cabe duda de que ‘El Director’, la autobiografía de David Jiménez sobre su año a cargo del periódico El Mundo, ha levantado ampollas en el mundo periodístico. Un relato atrevido, polémico, que proporciona nombres y seudónimos (fácilmente reconocibles) en el que cuenta los entresijos y la lucha de poderes en uno de los diarios más influyentes de España.

David Jiménez dedica su obra “a los futuros periodistas”, quizá a aquellos con la vocación y las ilusiones aún intactas, previniéndoles de que en la redacción a veces tienen menos peso los criterios periodísticos que las decisiones tomadas en “La Segunda”, nombre con el que se refiere a la planta directiva de Unidad Editorial, grupo empresarial al que pertenece El Mundo.

David Jiménez sabe que no fue la persona ideal para ocupar la dirección de El Mundo, no le gustan los despachos. Su experiencia como corresponsal de guerra le habían acostumbrado a trabajar fuera de las luchas de poder del periódico y, lo que era más importante, “no tenía el número de teléfono de ningún político o empresario del país”. Tan solo 366 portadas estuvieron a su cargo; un tiempo insuficiente para revivir un periódico azotado por cierto descrédito (en parte por defender las teorías de la conspiración durante una década tras el 11 M), la caída de ventas y los despidos.

 

De reportero de guerra a director de El Mundo

Por Álvaro García Fuentes

El barcelonés comenzó en el periodismo como becario para El Mundo. Pocos años después, a finales de los 90, estaba a cargo de la primera corresponsalía del diario en Asia. Durante más dos décadas consolidó una trayectoria periodística en la que ha informado in situ sobre conflictos e hitos internacionales. Ha cubierto la guerra de Afganistán durante una década, las revueltas en Nepal o Birmania y ha sido enviado especial en Sri Lanka, el Tíbet o Pakistán, entre otros países. Desde la clandestinidad en Corea del Norte informó sobre la llegada al poder de Kim Jong-un y es el único periodista occidental que realizó su trabajo desde Fukushima tras la crisis nuclear.

Asentado en Estados Unidos, por su beca Nieman en la Universidad de Harvad, en 2014 acepta la propuesta de volver a Madrid como director de El Mundo. La oportunidad de hacer realidad uno de los sueños de muchos periodistas, llevar a cabo El Normal, un periódico que vele por la objetividad, la independencia y el valor periodístico, siempre por encima de las presiones del poder.

Después del cese de Pedro J. Ramírez y la salida de Casimiro García-Abadillo, El Mundo se encontraba en crisis y Jiménez era un perfil totalmente nuevo para liderar el proyecto que hiciera resurgir el periódico, además de afrontar su necesaria transformación digital. El propio Antonio Fernández-Galiano, presidente de Unidad Editorial, fue la persona que propuso a Jiménez para dirigir El Mundo; quizá consideró que una persona alejada de los grupos del poder era más fácilmente manejable. En el ofrecimiento se incluía respaldarle con tiempo, recursos y apoyo. David Jiménez aceptó la oferta y en cuestión de días ya se encontraba intercambiado palabras con los políticos y empresarios más influyentes del país.

El libro es un recorrido por lo que denomina Los Acuerdos entre grupos de comunicación, como Unidad Editorial, y grandes empresas. El periodista denuncia que las líneas editoriales a menudo dependen de favores acordados en altas esferas. Pactos no escritos en los que se acepta financiación a cambio de obviar ciertas informaciones y ensalzar otras. Menciona compañías de la talla de Telefónica, BBVA, Banco Santander o empresarios como Florentino Pérez. Asegura que las empresas que cotizan en el Ibex 35 invierten en “comprar favores periodísticos, ayudar a crear diarios de periodistas afines y premiar a los líderes mediáticos que ayudan a mejorar la imagen de su presidente”.

Qué periodismo se ofrece a la sociedad si no se visibilizan las malas prácticas empresariales o la corrupción. Jiménez trató de que esas presiones externas no se vieran reflejadas en su periódico, publicó noticias que resquebrajaban Los Acuerdos, lo que pasó factura a su puesto en la dirección. Poco más de un año después al mando de la redacción, llegó su despido. Unidad Editorial y Jiménez llegaron a un acuerdo de indemnización tras denunciarles por despido improcedente, pues argumentó que se acogía a la cláusula de conciencia que recoge la ley para los profesionales de la información.  Un pacto en el que se incluyó una cláusula de confidencialidad que Jiménez ha sabido torear hábilmente con la publicación de este libro.

 

Del papel a la pantalla

El libro ha sido tildado de revanchista y que guarda un propósito de venganza contra parte de la redacción y los altos cargos de Unidad Editorial. Lo cierto es que las vivencias de Jiménez en tan solo un año en la dirección de El Mundo han despertado el interés del público. El lector conoce de primera mano cómo los círculos de poder intervienen en la objetividad del periodismo, cuya consecuencia siempre es el perjuicio de un ciudadano peor informado.

El libro ha sido un fenómeno editorial, ha encabezado durante semanas el ranking de ventas de ‘no ficción’ en España. Desde su publicación ha estado en boca de todos los medios de comunicación y periodistas del país. Después de que varias productoras ofrecieran al periodista llevar a la pantalla sus memorias, Fremantle será la encargada de que el libro llegue a la pantalla.

La productora ya ha adelantado que la esencia del relato se mantendrá, aunque se ampliará el universo y variarán las localizaciones y protagonistas. Una oportunidad para visibilizar la contaminación de los medios por presiones impuestas y la necesidad de que el periodismo fiscalice el poder. Un periodismo útil es aquel que ejerce de contrapoder social e informa con rigor y veracidad al ciudadano.  

2 Responses
  1. Esclarecedor artículo. Analiza el contenido de un libro de actualidad y sumo interés para el público en general, no sólo para periodistas. En ese análisis resalta el principal objetivo del libro: poner de manifiesto la insana interferencia de los grupos de poder, esencialmente económicos, en la formación de la opinión pública.
    El capitalismo salvaje, que no respeta nada, destruye algo tan esencial como el control del poder por el periodismo, por ese “cuarto poder”, que dejó de serlo al ser absorvido por otro poder. !Cuánta libertad perdemos!.
    Reitero estupendo articulo que motiva a leer el libro y trasmite una visión correcta el problema.

    1. Muchísimas gracias por la valoración del artículo y la reflexión que ha compartido en De Culto, esperamos seguir ofreciendo contenidos que interesen a nuestros lectores. ¡Saludos!

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